Definición de Ética
Es frecuente escuchar hablar en conversaciones cotidianas sobre que una persona o un acto no son lo suficientemente éticos, o que los mismos no cumplen con la moral establecida para una sociedad, pero ¿qué significa la ética por definición? ¿qué es a lo que en realidad nos referimos cuando la nombramos? A continuación, explicaremos su origen y alguna de sus características más importantes para poder así entender en su totalidad este término.
Significado de ética
De acuerdo con la Real Academia Española, la ética se define como la parte de la filosofía que trata sobre la moral y las obligaciones que poseen los hombres. A su vez, explica que es un conjunto de normas morales que rigen a la conducta humana.
Entonces, podríamos afirmar que la ética es una disciplina filosófica que tiene como fin ocuparse del estudio racional de la moral, la felicidad, el deber, la virtud y el buen vivir. Para poder llegar a un análisis correcto, se debe recurrir a la reflexión y a la argumentación. La ética tiene como principal objetivo estudiar a la moral, analizar cómo se podría justificar un sistema moral y cómo esto se aplicará, ya sea a nivel individual como a nivel social. A su vez, en un ámbito cotidiano de las personas, se suele referir a ética como una reflexión realizada sobre el hecho moral, es decir, tendrá como principal objetivo encontrar razones para justificar la elección de uno u otro sistema moral en especial.
El objeto principal de la ética es estudiar los actos humanos que realizan de manera consciente y libre, y la bondad o maldad que puedan llegar a describir a estos.
El origen de esta palabra es griego, ya que «ethos» significa costumbre. A su vez, la palabra moral proviene del latín «moris» que también significa costumbre. Es por esta razón que se puede afirmar que, etimológicamente hablando, estas dos palabras poseen un mismo significado.
Historia de la ética
Los orígenes de esta disciplina toman lugar desde el momento en que se inició la reflexión filosófica. Platón toma la idea de la ética para utilizarla en diversas situaciones y contextos. Por ejemplo, va a explicar que el hombre busca superar el hedonismo, así como también la ley del más fuerte (Gorgias, uno de los diálogos de Platón). También, explicará la importancia que implica conocer que existe tras la muerte para poder así regular el propio comportamiento de los individuos. La diferencia entre la ética pública y la ética individual también será tratada desde estos tiempos. A su vez, Aristóteles traerá uno de los tratados más importantes sobre la ética llamado La ética nicomáquea, que indica que todo ser humano busca su propia felicidad y el poder encontrar su propia función en la vida. Además, se estableció que sólo serán morales aquellos actos humanos que se puedan elegir y decidir hacer; es decir, los actos padecidos, compulsivos o forzosos no entrarían en esta categoría.
En la Edad Media, la doctrina cristiana toma como propia a la ética para unirlos de esta manera con la normativa que se expresa en los mandamientos. En la Edad Moderna, se dejará de lado la influencia religiosa y se volverá a los principios de la ética. Immanuel Kant provocará la gran revolución ética donde se rechazará cualquier normativa categórica universal que busque de manera moral la felicidad. Es decir, rechaza aquella fundamentación de la ética como algo imperativo debido a que la felicidad no se puede analizar de manera universal.
En la Edad Contemporánea, tomarán lugar los vitalistas y los existencialistas que serán capaces de desarrollar el sentido de la opción y, a su vez, de la responsabilidad. Es decir, se elabora una fenomenología acerca de los valores. Tal es el caso de Alan Baidou que sugiere que la ética es un verdadero nihilismo y que resulta amenazante para la denegación de cualquier tipo de pensamiento.
Método de la ética
Para obtener un conocimiento profundo y fundamentado de los actos humanos, es necesario respetar un método específica de esta ciencia.
- Observación: Como en cualquier método científico, al realizar una observación nos podremos acercar al hecho real y podremos percibirlo de forma amplia y profunda a través de nuestros sentidos.
- Evaluación: Una vez realizado el paso anterior, tendremos que emitir un juicio de valor moral, tomando como referencia las distintas categorías morales que se hayan establecido con anterioridad. Para realizar una evaluación más acertada del acto observado, nos basaremos en distintas matrices de valoración moral.
- Percepción axiológica: Por último, trataremos de descubrir de forma personal los distintos posibles valores que aún no se hayan descubierto o percibido en el acto observado. De esta manera, nos veremos capaces de otorgarle un valor al acto en cuestión al tomar como referencia una escala de valores en particular.
Diferencia entre ética y moral
Las palabras Ética y Moral son utilizadas de diversas maneras y con distintas acepciones a lo largo de la historia y según cada autor. Sin embargo, para entender sus diferencias es posible describir algunas de sus características más esenciales.
La moral es un hecho real que se puede encontrar en cualquier sociedad y se la define como un conjunto de normas que se transmiten de generación en generación y que puede evolucionar con el paso del tiempo. La moral tiene como fin orientar y disciplinar la conducta de los integrantes de una determinada sociedad. En cambio, la ética surge desde la reflexión propia de cada individuo y de las propias elecciones que decide afrontar en cada aspecto de su vida. A diferencia de la ética, la moral es una conducta que actúa desde el exterior o desde el inconsciente, mientras que la ética, entonces, influirá al individuo desde su misma conciencia y voluntad.
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