Definición de Autoestima
La autoestima es la valoración que realiza una persona de sí misma, ésta puede ser negativa o positiva e involucra sentimientos, percepciones, ideas y conductas hacia la propia persona. Influye ampliamente en el autoconcepto y la formación de la personalidad.
Otros significados de autoestima
- Amor propio, aprecio y aceptación de todos los elementos que componen a la persona, tanto lo positivo como lo negativo.
- Percepción que se tiene de sí mismo que es valorada por el mismo sujeto.
- Actitudes que una persona manifiesta hacia su propio ser.
- Recurso del ser humano que funciona como fuerza innata que sienta las bases direccionales de la vida.
- Consiste en ser conscientes de la propia existencia, entender las necesidades y el potencial que se posee no solo para lograr satisfacer , sino que hacerlo en armonía.
¿Cómo se forma la autoestima?
Es probable que la siguiente afirmación que obtengas de este apartado te sorprenda y sea cuestión de debate, pero esto comienza desde el momento en que el espermatozoide se une al óvulo para dar lugar a una célula que comenzará a desarrollarse de aquí en adelante. Sí, así es, es que los mensajes tanto emocionales como psicológicos se van transmitiendo hacia ese ser mediante el sistema nervioso a través de señales tanto químicas como eléctricas. Por lo tanto, todo lo que madre transmita al bebé en gestación comienza a ser importante desde el día 1 y es material que ni siquiera es capaz de entender, mucho menos rechazar.
Posteriormente, cuando se ha dado a luz, el entorno será un gran influyente en las primeras concepciones que tenga el niño de sí mismo, no sólo las ideas, sino también las emociones, por ello un bebé también captará los sentimientos que manifiestan hacia él, aunque no tenga la capacidad cognitiva de procesarlo para tener ya una propia imagen.
Cuando se va creciendo, las valoraciones, tanto de los progenitores como del ambiente familiar en sí, los compañeros del colegio, profesores y las personas que le rodean, generarán en él un reflejo, como cuando se mira en un espejo. Es aquí cuando aprende a tratarse de igual forma.
Es en la adolescencia, cuando comienza la búsqueda de saber quién se es, cuáles son las propias ideas y se inicia el camino a fortalecer ya la personalidad, la cual ya ha comenzado sus cimientos en la infancia. En este periodo de la vida aflora la competencia, el querer superarse aunque sea en comparación al resto, ser el mejor del equipo de fútbol, el que tenga las mejores calificaciones, el más atractivo, el que liga más, etc. Aquí se busca ser aprobados por otros.
¿Para qué sirve la autoestima?
Es fundamental para la generación del autoconcepto, funciona como soporte a las dificultades que se enfrentan día a día, permite adaptarnos al medio en el que estemos y a reinventarnos una y otra vez, permite comprender que siempre podemos buscar la mejor versión de nosotros mismos.
Una autoestima sana permite circular con armonía por la vida. También permite recibir y manifestar mejor las emociones, permite tener mayor control de uno mismo y a ser más empáticos.
Niveles de autoestima
- Alta: buena aceptación hacia uno mismo, valoración positiva de la propia forma de ser, lo que le permite sentir confianza y tener fuerza suficiente para atreverse a cumplir objetivos. Siente que es valioso.
- Intermedia: actúan de modo inconsistente debido a que varían entre la aceptación y la negación de sí mismos, se aman y odian, esta inestabilidad es evidente y resulta confuso no sólo para ellos, sino que para su entorno.
- Baja: tiene escasa o ninguna aceptación, se centra en lo negativo de sí, por lo que no se siente capaz de afrontar obstáculos y muy probablemente tenga no conozca sus recursos para enfrentar los problemas más cotidianos. Tienden a ser bastante dependientes, sentir y manifestar emociones tóxicas, al igual que los mensajes que transmite.
Escala de la autoestima
Existen etapas de la autoestima que van ascenso hasta alcanzar el máximo potencial, estas son:
- Reconocimiento: conocerse
- Aceptación: aceptarse con virtudes y defectos
- Valoración: evaluación de sí mismo, se obtiene lo bueno y lo malo. Lo ideal es centrarse en lo positivo.
- Respeto: manejo adecuado de los sentimientos hacia si mismo, con conductas apropiadas que manifiesten el amor propio.
- Superación: es consciente de sí mismo, va buscando reinventarse y adaptarse para desarrollar sus capacidades, fortaleciéndose.
Manifestaciones de una autoestima sana
- Es consciente de sí y de su entorno. Se conoce en todo sentido y no deja de hacerlo, sabe sus potencialidades y sus limitaciones. Pero tiene una buena capacidad de filtro ante lo negativo, centrándose siempre en lo bueno, pero manejando aquello que no es favorable de su persona.
- Es responsable de sus decisiones y actos.
- Tiene plena confianza en que puede lograr las metas que se propone, porque sabe qué herramientas propias utilizar y cómo.
- Es coherente entre lo que piensa y lo que hace.
- Expresa sus sentimientos y tienen control de sus emociones.
- Son autónomos.
- Respetan a los demás.
- Son perseverantes.
- Productivos.
- Son flexibles, es decir, aceptan las diferencias, la diversidad, son tolerantes y están receptivos a nueva información.
- Enfrenta la verdad y la asume.