Definición de Administración de Empresas
¿Qué es la administración de empresas?
La administración de empresas es una actividad o tecnología social aplicada que busca estudiar, planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos de las organizaciones del tipo empresarial.
Implica tanto los recursos materiales, financieros, tecnológicos y humanos, y busca mejorar los métodos de trabajo, comunicación y dirección para que la empresa pueda alcanzar sus objetivos, que pueden ser beneficios económicos o sociales, según el tipo de empresa de la que se trate.
La administración de empresas recurre a los conocimientos de las ciencias sociales tales como la economía y la sociología, así como de la psicología y en algunos enfoques también a la matemática.
La administración de empresas se maneja en cuatro aspectos diferentes, que permiten maximizar el rendimiento empresarial: estos elementos de la administración son la planificación, la organización, la dirección y el control.
Elementos de la administración de empresas
La planificación se basa en la visión que tiene la dirección de la empresa, que luego es transformada en una misión, incluyendo toda clase de tácticas y estrategias, según cuales sean las características de la empresa, y las posibilidades disponibles en el contexto económico.
Para esto, se elaboran planes estratégicos que pueden modificarse con el tiempo, en la medida en que la empresa se encuentre en situaciones más o menos favorables (por ejemplo, cuente con más recursos financieros, personal más capacitado, etc.), o cuando las investigaciones de mercado muestren un cambio en las oportunidades.
La planificación será de corto o de largo plazo según el nivel de incertidumbre que exista en la realidad socioeconómica: el cambio tecnológico acelerado o los conflictos políticos tienden a elevar la incertidumbre y a reducir el tiempo de la planificación.
Para la organización, se deben atribuir funciones y tareas a los miembros de la empresa, así como establecer la secuencia temporal que deben seguir las actividades para lograr coordinación. En esta etapa suele recurrirse a organigramas que consisten en una visualización gráfica de las posiciones jerárquicas y funcionales de cada integrante de la empresa, para lograr una eficiente utilización de los recursos humanos.
En cuanto a la dirección, requiere de capacidad de liderazgo sobre el personal de la empresa, que puede implicar diferentes formas de influencia, que permitan mejorar el trabajo en equipo y resolver eficientemente los conflictos.
Por último, el control se basa en medir el desempeño de la empresa, comparando los objetivos propuestos y las metas alcanzadas, de manera que se puedan detectar las fallas en los tres aspectos previos (planificación, organización y dirección) y corregirlas. El control suele implicar un control de gestión, es decir una evaluación de la organización en su totalidad.
Áreas de la administración de empresas
Los tipos de administración de empresas suelen distinguirse según el área funcional de la empresa con la cual se trabaje. Así puede distinguirse la administración financiera encargada de estudiar y maximizar el rendimiento de las finanzas corporativas.
La administración comercial, que es la encargada de analizar el desempeño del marketing y su eficiencia en penetrar en los mercados, la administración operativa, encargada del proceso de producción, y la administración de recursos humanos, que se enfoca en la contratación, capacitación y disposición del personal.
La administración de empresas se suele desarrollar en las empresas privadas con fines comerciales, pero también es aplicable a todo tipo de organizaciones, ya sean públicas, cooperativas e incluso a emprendimientos individuales.
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